Reseña concierto de CHABUCO en Gáldar

CHABUCO en el Teatro Consistorial de Gáldar (Lee la entrevista)
Concierto de Chabuco en el Teatro Consistorial de Gáldar el 13 de abril de 2024.
Chabuco en el Teatro Consistorial de Gáldar

            Debajo de “La Revelora” de Pepe Dámaso pudimos apreciar, y de qué manera, el recital que el artista colombiano Chabuco nos ofreció en el Teatro Consistorial de Gáldar. Esta bella galería se convirtió, por unos majestuosos momentos, en cuna de boleros, bossa-novas, merenguitos, salsas y algún que otro tango. Para un rockerito como yo, es un regalo cuando aprecias algo que, desde el principio, sabes que tiene un valor más allá del propio divertimento de la música. Chabuco, para mí, en este formato íntimo, es un trovador; un artista que te cuenta las canciones. Me gusta, que me canten como si me contaran una historia. Sin necesidad de florituras en esa voz cálida, él nos hace sentir que no tiene que adornar sus palabras. Esto hace que suenen honestas, cercanas y, eso, amigos, enamora.

            Eso fue lo que consiguió con el público presente que llenó la platea. Mi relación con él se reducía a la entrevista que le hice la semana pasada en la que se me figuró una persona muy cercana. En el escenario, me lo pareció aún más. Les digo la verdad, al contarles que sentí que era alguien al que parecía conocer desde hace mucho más tiempo. Muy seguro en el micrófono, sabía que detrás, al piano, estaba haciendo crecer las vibraciones, el cubano Yoyi Lagarza. También arrancó alguna pasión, como comentaré más adelante. La escenografía sobria: piano negro, fondos negros, vestuario negro. Esto le sirve para destacar dos cosas importantes, la gestualidad de Chabuco al interpretar sus emociones y el tono rubio del pelo del joven, aunque sobradamente preparado, pianista.

            Tras una brillante “intro” de piano, entró nuestro artista arrancándose con la canción «Nació mi poesía» en la que nos invita a ir a su Valledupar natal (donde el amor nace en mil corazones), trasladándose a los recuerdos de su niñez mezclados con lo que podríamos encontrar hoy. Aprovechó la ocasión para recordarnos los paralelismos de las formas de hablar de su tierra y la de los canarios. Como todo latino, en las islas, se encuentra como en casa y quiso reconocérselo al público.

                         

            La siguiente canción «Tú mi desengaño» es otro bolero con el que empezamos a entender que este concierto va de afectos. Aprovechando esta canción de Pablo Milanés, hubo un tramo de la misma en la que el pianista arrancó el aplauso del respetable con un momentazo, que no sería el único de la noche. Se aceleró un poco el ritmo con la siguiente canción «Nido de amor», con la que se lució para reverenciar al vallenato que tanto ha exportado Chabuco al mundo. El cuarto tema, «Te busco», como dijo el cantante, lo grabó para un spot comercial y narra una triste balada sobre la pérdida de una esposa secuestrada y que siempre será buscada por su amor y que, en su momento, también fue versionada por la mismísima Celia Cruz.

            Siguió con una “intro”, a ritmo de tango, con el clásico «Toda una vida». Obvio que el público la reconoció fácil y se arrancó a acompañarla con las palmas. Tras ella, llegó la primera y espectacular sorpresa de la noche. Desde Ecuador se vino la cantante Patricia González para jurarse amistad (y amor) a Chabuco y, aunque tontearon con un beso en el pico que no se dieron, se evidenció el respeto que se tienen como artistas. Para mí, fue uno de los “momentazos” de la noche. Lo hicieron arrancándose con el cásico «Sabor a ti». Ella al principio y siguió él, con la siguiente estrofa. Cuando la canción se aceleró a ritmo de cha-cha-chá, el público hizo de coro y entramos en sintonía todos los presentes.

                          Chabuco con Patricia González

            En esta canción, para despedir a la artista de Guayaquil, Chabuco le dedicó unos versos improvisados que me ganaron. Pocos saben lo dificilísimo que es improvisar una letra a golpe de piano en la que poder relatar las virtudes de una señora de la canción de su país. Pues lo hizo y lo bordó. Desde aquí le envío mis respetos a su trabajo, no les quepa duda. Sonó la mayor ovación de la noche.

            Prosiguió con «Un bolero azul», de su disco “«Chabuco en La Habana» y, como reza la letra: “transparente, emocional, ideal para soñar”. Creo que esta canción, justo en el medio de la velada, resume el sentir del espectáculo. Entiendo que nos convocaron para entrar en un trance todos juntos. Y, amigos, vaya que si entramos. Tras esto, otra de las sorpresas de la noche al subir al escenario a formar dueto: Polito Ibáñez. Este cantante cubano, encuadrado dentro de lo que se denominó la “novísima trova cubana”, esa que sucedió a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés con tintes de rebeldía; compartió con el maestro el cásico «Contigo aprendí», apoyados por los coros del respetable.

                          Chabuco con Polito Ibáñez

            A ritmo de salsa cubana, y dedicada a Patricia González, escuchamos «De qué callada manera» en la que el maestro Lagarza pudo, al piano, dejar brotar su corazón habanero con un solo después de que el público cantara, a solas, algunas frases de la canción. Es lo que tienen estos clásicos de la música cubana. Tras aprovechar la sintonía que se creó, el artista jugó con los asistentes, para terminar con unos versos improvisados hacia el recibimiento tan hospitalario que está recibiendo a lo largo de su gira por España.

            Llegó el momento de presentar el disco que aparecerá el 31 de mayo próximo, «Chabuco Tango», grabado en Argentina. Lo hizo haciendo un dueto con el cantante de Buenos Aires, Cristian Larrosa. Juntos, llegaron a un nivel de complicidad con las voces que, la canción “Pétalo de Sal” empezó musicalmente como lánguido tango y se fue convirtiendo en una bonita balada. Llegó un momento en el que me pareció estar escuchando una canción de una banda sonora de Disney.

                          Chabuco con Cristian Larrosa

            Y, la guitarra, que estuvo escuchando al fondo todo el repertorio, tomo el protagonismo para interpretar «Cambia», la canción que nos invita a revolucionar nuestra vida cuando llegamos un punto en el que no estamos siendo quiénes queremos ser. Y, antes de soltar la guitarra, nos regaló ”El arco iris”, como una golondrina pintada, la reciente creación lanzada como adelanto del nuevo disco y que es toda una declaración de intenciones de lo que va a ser su nuevo trabajo. Ya la pueden buscar en las plataformas digitales, por supuesto, para oírla más a ritmo de tango.

            Y, para finalizar, este íntimo, emocionante y cómplice recital nos entregó “Camino”, una canción como recuerdo de vallenatos viejos y de canciones que formaron en su alma lo que hoy en día es Chabuco. El público en pie. No podía ser menos. Se lo había merecido. Todos quietos para recibir al artista cantar la canción por la que fue nominado a los Premios Grammy Latino 2021 a la Mejor Canción Tropical: “Más feliz que ayer” en un bis, cortito pero entregado. Hay que reconocer que esta era el cierre perfecto. Pronto, no lo olviden, nuevo disco. Eso sí, la misma voz que nos cautivó por su sinceridad, alejada de adornos que, a mí, siempre me gana.

                          Chabuco en el Teatro Consistorial de Gáldar


Texto: LUIS ALBERTO SERRANO
Fotografías: TONY VENTURA
Producción: BE THE ONE (Artist and Music Services)

MEDIOS QUE PUBLICARON LA RESEÑA:
DIARIO DE ALICANTE
EL PERIÓDICO DE CANARIAS
HECHOS DE HOY
HISPABLOGGERS
GLOBATIUM
LA VOZ DE LA PALMA
LUZ CULTURAL MAGAZINE
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Mi relato «EL SOLDADO DE LOS DOS BANDOS» publicado en la Revista Literaria Queleerhoy.com

Mi relato «EL SOLDADO DE LOS DOS BANDOS»
se ha publicado en la Revista Literaria
QUELEERHOY.COM

Lo cual agradezco enormemente porque este relato es parte de la
historia de mi familia por parte de mi padre.
Este relato cuenta las vivencias de mi abuelo en la Guerra Civil Española
en la que tuvo que servir en los dos bandos para poder sobrevivir.

Pueden leerlo aquí:
https://queleerhoy.com/relatos/el-soldado-de-los-dos-bandos/

Mi relato «LA MUJER DEL AGUA» publicado en la Antología de la Feria de Autor/a de Guía


Mi relato «LA MUJER DEL AGUA»
se ha publicado en la antología
ESCRITORAS Y ESCRITORES DE CANARIAS
dentro del marco de la
IV FERIA DE AUTOR/A, ESCRITORES/AS EN GUÍA

Ha sido coordinada por la poeta
ISABEL GUERRA
y publicado por:
AYUNTAMIENTO DE GUÍA
CENTRO DE LA CULTURA POPULAR CANARIA


ISBN del libro: 9 788479 267728

Tuve oportunidad de leerlo en directo
durante los actos de la Feria en 23 de marzo de 2024

“Yo, también, adicto a la euforia”. Entrevista a Carlos Goñi de REVOLVER.

REVOLVER en el Auditorio Alfredo Kraus (foto: Tony Ventura)

A Revolver los sigo desde su primera canción, para mí uno de los himnos de toda una generación. ¿Quién no ha cantado “Si es tan sólo amor”? Si es que todos hemos vivido esa experiencia. Pero reconozco que muy hice fan en un concierto solidario allá por 2007. Oírlos en directo fue un impacto directo a mi corazón. Entrevistar hoy a Carlos Goñi, alma mater del proyecto, me parece un regalo que yo les traslado a ustedes.

Leer más: “Yo, también, adicto a la euforia”. Entrevista a Carlos Goñi de REVOLVER.


Saludos Carlos. Empezamos con preguntas personales. Hablo de tu himno “si es tan solo amor”, ¿qué es para ti el amor?

     A ver. El amor. Yo creo que habría que decirlo en dos partes. El amor conceptual, como algo en general, me parece absolutamente necesario en el mundo para vivir, realmente. Porque a todos nos gusta que nos quieran y yo creo que está muy bien esto de querer. Otra cosa es que hablemos del amor, del enamoramiento con el componente sexual, etcétera. Eso, pues hay épocas que te apetece más y épocas en que te apetece menos. Pero el amor universal de dar amor, de que el que tienes enfrente sea más feliz por lo que le das, guau, me parece fundamental en la vida. Sin duda alguna.

Pa mí, eres un abanderado de una época post-movida madrileña. Tras lo caótico de está, se empezó a exigir a los grupos un poco más de calidad, ya fuera musical o vocal, cosa que no ocurría antes. ¿Qué recuerdos tienes de le época de “Garaje” o “Comité Cisne”?

      Fueron mis primeros 10 años de aprendizaje y ya voy casi por el número 40 o algo por el estilo. Esta carrera es larga. Ya llevo cuarenta años haciendo carrera. Bueno, pues en Garaje y Comité aprendí, sobre todo una cosa: qué es lo que no me gustaba. Y aprendí cómo no quería trabajar, que son cosas muy importantes. Porque, luego, si las aprendes bien y tienes muy buenos cimientos, en ese sentido; luego es más fácil el poder llegar a donde quieres o a equivocarte inclusive, pero en otras cosas. Ya no en el “cómo”. Y ahí, aprendí muchísimo. Y cuando me dicen, a lo mejor, que seguro que me lo pasaba mejor. No, no, ahora es cuando mejor me lo paso.

     Nada de vainas del tipo “al principio no tienes un duro, no tienes éxito, pero te lo pasas…”. No, pero te lo pasas fatal, porque viajábamos en una furgoneta de reparto de carnes sin ventanas ni nada y con un colchón en la furgoneta. Y ahí era un horror. Era una situación horrible. Y con Comité Cisne íbamos a tocar desde Valencia, por ejemplo, a Logroño y terminabas de tocar y te volvías porque no teníamos dinero ni siquiera para el hotel. Entonces no, no me lo pasaba bien. Pero aprendí mucho. Aprendí muchísimo. Eso sí que es verdad.

Te reconozco mi envidia personal a la hora de escribir. Tus letras son impecables y valoro que siempre empleas la palabra perfecta en la frase adecuada. ¿Escribes primero las letras o sacas una melodía y luego las llenas de mensajes? O al revés.

     Agradecido por los piropos, de verdad. Te lo agradezco. Normalmente escribo primero las letras, porque para mí es muy complicado ponerme a escribir una canción si no tengo una historia que contar. Lo que pasa es que, con los años, es cierto que he encontrado una manera que es en la que tengo un cajón donde están las letras y otro donde están las melodías, sucesiones de acordes y cosas por el estilo. Y llega un momento en el que lo que haré será volcar esos dos cajones encima de la mesa y ver, exactamente, que es lo que tengo. Son como ovillos de lana de los que empiezas a tirar y ver que ocurre y a ver hasta dónde llegan. Algunos se quedan en el intento. La mayoría se quedan porque, bueno; y unos cuantos, a lo mejor, son los que merecen la pena. Y otros van a una especie de cajón de sastre donde a lo mejor hay un trocito que sí, que está bien,  y el resto no.

     Pero las letras tienen que tener sentido. Tienen que tener pies y cabeza, porque me resulta muy complicado encarar una música en la que haya que encajar de una manera absoluta una letra o un fraseo. Que va. La música es el traje de un cuerpo y el cuerpo es la letra, para mí. Cada uno lo hará como quiera, pero esa es mi manera de hacerlo.

Ahora vienes al Auditorio Alfredo Kraus a presentar “Adictos a la euforia” que es una expresión ártica en los tiempos convulsos y llenos de incertidumbres en que vivimos”. ¿En que crees tú que deberíamos mejorar como sociedad?

     Bueno, pues que sea una expresión ártica. Me ha encantado la frase. En cuanto a “Adictos a la euforia”, es cierto que son los tiempos convulsos. Está claro. Y ¿de incertidumbre? Siempre es tiempo de incertidumbre. Por lo menos, desde que yo vivo. Creo que todos somos adictos a la euforia, porque a todos nos gusta estar bien, básicamente. Porque nos fascina el estar contentos. Y, en mi caso, además, la gente que tengo en frente me hace sentir bien. Es a lo que me dedico. O por lo menos, crearle una especie de conflicto fácil de solucionar y cosas por el estilo. Remover cosas. Pero adictos a la euforia yo creo que somos todos.

     ¿En qué creo que deberíamos mejorar como sociedad? En millones de cosas. Pero yo, sobre todo, creo que la educación debería ser mejor. Y, además, como creo que existe una verdad por cada persona en el mundo; no creo en la verdad universal de manera que cada uno de nosotros tendrá una visión distinta sobre en qué deberíamos de mejorar. Como sociedad global, probablemente, deberíamos mejorar en todo. Lo dejo ahí y ya está. Porque, si no, jeje, necesitaríamos… buf, no sé. Probablemente lo resumiría en intentar tratar mejor al que tenemos en frente, aunque no opine como nosotros. Es decir, una cuestión de respeto. Sí, el respeto, eso… el respeto. Ahí es donde habría que mejorar.

El nuevo disco, personal, como los demás, son 8 canciones y una versión de Robert Palmer que me encanta. ¿Podrías decirnos algo que haga este disco diferente a los anteriores o que a ti te haya producido una sensación de crecimiento o aprendizaje?

     A estas alturas de mi carrera lo que ya no voy a decir si el último disco es el mejor y cosas por el estilo. Esto ya hace mucho tiempo que lo desterré. Lo que sí que es cierto es que el último álbum que se edita, normalmente, es el pequeño, es el que hay que ayudar a crecer y que requiere más cuidados. Pero, en este caso, este álbum tiene una particularidad que yo creo que lo diferencia un poco de otros discos. Yo creo que es una especie de autopista directa entre mi memoria más primaria de “porqué me dedico a esto”. A eso me refiero. A las canciones de los años 70, principio de los 70, sobre todo. Es la música que me rompió el alma y me partió el corazón en dos. Y yo creo que en este disco lo que no ha habido son modernidades de ningún tipo. Es uno de los discos más fieles, en cuanto a sonido, que haya podido hacer respecto a toda esa barbaridad de música que, como te digo, me cautivó y me secuestró para siempre. Y, a día de hoy, sigo en las mismas. Cualquier canción que tenga ese tipo de sonido, tanto si es soul, como es blues, como es rock, como es folk, uf, me da lo mismo; creo que suenan de otra manera y estaban hechas de otra manera.

Pues felicidades porque el disco ha sido nº 1 en ventas de discos físicos, lo cual siempre es una alegría que la gente siga comprando música. Y gracias por este concierto. Sabes que en Canarias se te quiere.

     Pues es cierto. La verdad que sería un necio si no reconociese eso. Que, efectivamente soy consciente de que en Canarias se me quiere muchísimo y se me lleva demostrando desde hace 30 años, que fue la primera vez que fui. Siempre es un honor. De verdad que cualquier motivo es bueno para ir, porque en general me siento, por suerte para mí, muy querido allá donde voy, pero lo de Canarias es que es una cosa que… ¿sabes que pasa?, que soy extraordinariamente consciente de lo carísimo que es el llevarnos a los músicos de la península para allá. Es caro. Siempre es muy caro. Y que vaya al año cuatro o cinco veces como lleva ocurriendo desde hace 30, lo único que me provoca es sentirme muy, muy, muy honrado. Así que, pues un abrazo grande y ha sido un placer contestar a estas cosillas, por aquí. Más abrazos. 

   

Carlso Goñi con Revolver en el Auditorio Alfredo Kraus
Carlos Goñi con Revolver en el Auditorio Alfredo Kraus (Foto: Tony Ventura)

Agradecimientos

Fotos enviadas por los lectores:

Foto Jorge Panizo
Foto: Jorge Panizo
Foto: Jorge Panizo
Foto: Jorge Panizo

Reseña concierto de REVOLVER en Gran Canaria

REVOLVER en el Auditorio Alfredo Kraus (foto: Tony Ventura)


     Ayer tuve el privilegio, una vez más, de asistir a un concierto de REVOLVER en Las Palmas de Gran Canaria. Escribo estas letras de la mas absoluta admiración hacia Carlos Goñi. Sí, ese que ha escrito letras que llevamos grabadas en nuestras mentes y que el público se encargó de cantárselas a la cara al propio artista.

     Lleno en el Auditorio Alfredo Kraus, pese a estar a menos de veinte pasos del Festival de las músicas y las artes WOMAD. Y es que, solo artistas con el reconocimiento de Goñi, ponen el cartel de no hay entradas en todas sus presentaciones. Este revolver, dónde apunta, no falla. Y, después de más de dos horas de concierto, los que lo conocemos, sabemos que lo vamos a disfrutar. Y los que nos dedicamos a la industria musical, pudimos asistir a un espectáculo diseñado al milímetro; dejando que las improvisaciones del cantante madrileño, hicieran subir el nivel emocional de los espectadores. La forma de desnudarse en las letras de las canciones las supera con sus comentarios íntimos entre las mismas. Es uno de los cantantes que más envidio, de verdad. El uso de las palabras correctas en frases contundentes está la altura de cualquier literato. Para mí, un maestro.

     Recuerdo su primer “hit” (que así se llamaban en la época): “Si es tan solo amor”. Lo escuché nacer allá por el año 1992. Ya empezaba a decaer el efecto “movida madrileña” y el público empezaba a demandar algo más de calidad, tanto musical como artística. Los lectores que me siguen y que saben que dirigí un musical sobre esta época de nuestro rock en España, entienden que yo siempre he defendido la idea de la poca exigencia que había en aquellos años de transgresión y libertinaje. Pocos, como Los Secretos, pudieron sucumbir con su rock elegante a la vorágine de desenfreno y rock facilón. Goñi abanderó una nueva legión de autores que rompían el molde con un rock cuidado en la elaboración e impecable en la ejecución. Anoche pude disfrutar esa canción con Carlos a la voz principal y más de 1.500 personas haciendo unos coros que lograron emocionar, también, al cantante.

     De verdad que se vivieron momentos mágicos de sintonía. Por un lado, las canciones que el público cantó haciéndolas suyas y, por otro, escuchando las impresiones que el artista contaba desde su micrófono. De hecho, él, a su fiel público, les valoró sus aplausos, pero mucho más sus silencios cada vez que les quería contar una anécdota, una experiencia o una de sus tantas enseñanzas sobre la vida. Vamos, esas cosas que lleva haciendo desde aquel año 92 del que ya han pasado 30 y homenajea en su nuevo disco “Adictos a la euforia”.

     8 canciones nuevas y una versión del “Johnny and Mary” de Robert Palmer es la nueva propuesta que nos lanza este año. Creo que focalizo en la canción “Al infierno sin papeles” el recorrido por estas canciones. Nadie como él para cantarle a la indignación y a la desesperación al poner en el papel de protagonista a todos los que la vida ha llevado a ser unos perdedores sin esperanza.

     El concierto, de más de dos horas, se me pasó en un “plis”. Ya lo avisó desde el principio: “avisen por móvil a sus casas que vamos a tardar en salir de aquí”. Lo cumplió. 17 canciones, algunas de ellas brillantemente alargadas para darle al público un valor que se supo ganar. Goñi emociona y la conexión con sus fieles es el complemento perfecto para pasar una noche inolvidable. Arrancó presentando el nuevo disco con la canción “El anillo de boda”. El primer subidón llegó al escuchar a todo el teatro cantar “Tu noche y la mía”. Sí el público respetó con silencio los comentarios del autor, él les correspondió dejándoles cantar lo que, para muchos, será una de las canciones de su vida. En ese momento todos, toditos, supimos que íbamos a vivir una gran noche. Momentazo, será porque es mi canción, en “Si es tan solo amor” en el que el respetable, con sus voces; echaron un poco más de fuego a la hoguera para “quemarnos” todos juntos. Una grata sorpresa es ver al público en pie, cantando y bailando “San Pedro”. Nos prometió el mar y acabamos todos bañándonos en él.

     Tras un recorrido a sus canciones acompañado por una banda bien medida, pasamos un  rato más, en acústico. Dos canciones. Él y su guitarra, solos frente a un auditorio viviendo momentos íntimos. Está claro que al que es bueno, los adornos no le hacen falta. Brillante. Así, con la banda de nuevo en escena repartieron alguna canción hasta el final. Y quisiera decir que el “bis”, esas tres canciones que hicieron al volver de camerinos ante un público que se lo solicitó al ritmo de nuestro “pio-pio”, es de los más impactantes que he visto en mucho tiempo. El auditorio en píe los veinte minutos que duró. Empezaron con un contundente rocanrol que me motivó siempre: “Ese viejo rock’n’roll”, la versión de la canción de Bob Seger; para acabar con dos canciones icónicas en el repertorio. “El roce de tu piel”, puso al público de pie, que ya no se volvió a sentar. Y “El dorado”, con el que aprovechó para presentar a la banda Manuel Bagües (bajo), Miguel Giner (batería) y David Samaniego (piano); fue el éxtasis final. Terminamos todos en un subidón de una versión en directo que no queríamos que terminara nunca. Que felices estamos cuando somos parte de un delirio colectivo. Y ahí me vi, como ya intuía, en una sesión de hechizo colectivo. Gracias a Calos Goñi y su banda por compartir su corazón con nosotros y lograr que estuvimos más de dos horas latiendo juntos

Foto: Domingo J. Casas