CRÍTICA OSCARS 2023: «ELLAS HABLAN»

ELLAS HABLAN

Director: Sarah Polley.
Guion: Sarah Polley y Miriam Toews.
Intérpretes: Frances McDormandRooney MaraClaire FoyBen WhishawJessie BuckleyJudith Ivey.


Sinopsis:
Un grupo de mujeres, en una colonia religiosa aislada en medio de Bolivia, luchan por reconciliarse con su fe tras una serie de agresiones sexuales cometidas por los hombres de la colonia.

MI CRÍTICA:

              Pese a no tener grandes giros la película, y lo plana que es, me entretuvo bastante. La facilosa habilidad de generar una intriga y mantenerla hasta el final es el truco más viejo del cine. A mí (o más bien a mi “yo” cotilla) le generó las ganas de saber cuál iba a ser la decisión. Esta es una historia simple, se plantea una pregunta al principio y se debate durante dos horas cuál va a ser la solución. Y con esto les acabo de contar la trama. Primitivo, ya sé. Pero esto es lo que planteó la autora Miriam Toews en la novela en la que está basada esta cinta.

            Basada en hecho reales acaecidos en la una comunidad boliviana de la iglesia menonita (una rama del anabaptismo) durante los años 2005 a 2009. Cuenta la historia de unas mujeres que, tras ser drogadas, son violadas por los miembros masculinos de la comunidad. Tras descubrirse unas a otras lo que habían ocultado, deciden debatir si se quedan sometidas o se van todas de la comuna. Y aquí arranca un hecho que me parece relevante: someten a votación cuál será la decisión. Será la primera vez que las mujeres de esa comunidad tomarán una decisión propia en sus vidas. Esa es la clave de la película y su reivindicación.

            Deciden reunir en un granero a un grupo de mujeres para que debatan sobre la solución. Una película en un granero no es fácil de hacer. Eso es lo que más me ha cautivado en esta cinta, que mantener la atención de espectador con un grupo de personas hablando es harto difícil. Y conmigo lo consiguió. Los diálogos son brillantes y dan paso a muchas clases de filosofía que la autora quería transmitir o levantar conciencia. Se debatirá sobre la genealogía del perdón, de la venganza, de la maldad, de la compasión, del pecado, de la guerra, del supremacismo masculino. Y así podría estar largando un eterno etcétera de varias páginas.

La película abre debates internos en el espectador. Uno de los que más me interesó es el de si el hombre es malo por naturaleza o es el sistema el que lo hace malo. Cada uno que se autorresponda a esto. Habían instaurado un orden comunitario que impedía a las mujeres de la colonia aprender a leer a escribir y que vieran mapas más allá de las sus propias lindes. Para tenerlas sometidas, lo mejor es hacerlas ignorantes. ¿No les sueña que algunos regímenes dictatoriales emplean este sistema?. De hecho, partes de esta película me recordaron a la novela de George Orwell, “Rebelión en la granja”.

            Me gustó mucho el elenco de actrices, buen casting. Y mi teoría de siempre: “si quieres que a tu película la nominen al Óscar, ficha a Frances McDormand”. Bien conjugadas tenemos en estas dos horas a los personajes que representan figuras como a la idealista, la luchadora, la sumisa, la sabia, la inocentona y varias más. Cada una de ellas, además, tendrá su momentazo a lo largo de la película en forma de monólogo explicativo. Cada una nos da una lección, una moraleja o nos incita a pensar detenidamente en nuestra propia moralidad. Eso es el éxito de este film. Eso sí, todas son frágiles por el sometimiento al que han estado obligadas y del que pretenden salir.            

            En contra de la peli, diremos que, si este mensaje debería verlo todo el mundo, no eligieron el camino más adecuado. Lo plana que es, la falta de giros grandes y de tramas secundarias, la elección de la fotografía rodada en tonos sepias, grises y azules, hacen que solo pueda verse por un reducido tipo de púbico. Porque, les digo que a mí me gustó, pero no se la puedo recomendar a muchos de mis amigos a los que sé que no les va a gustar.

2 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Guion Adaptado (Sarah Polley)




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CRÍTICA OSCARS 2023: «TÁR»

TÁR

Director: Todd Field.
Guion:  Todd Field.
Intérpretes: Cate BlanchettNina HossMark StrongNoémie Merlant.


Sinopsis:
          La mundialmente famosa Lydia Tár está a solo unos días de grabar la sinfonía que la llevará a las alturas de su ya formidable carrera. La notablemente brillante y encantadora hija adoptiva de Tár, Petra, de seis años, tiene un papel clave en la tarea. Y cuando los elementos parecen conspirar contra Lydia, la joven es un apoyo emocional importante para su madre en apuros.

MI CRÍTICA:

              La película dura en exceso, aunque a ratos no se note. Se nota al final, cuando acaba y te quedas tan anodino como empezaste. Bueno, menos los incondicionales de la música clásica que disfrutarán de un sinfín de diálogos explicativos y eruditos hacia esa biosfera de armónicos y batutas. Pero a los que nos da igual la polémica de si Beethoven le robó algunas músicas a Mozart, pues hay fases en las que parece que la película no termina de arrancar. Una realización con muchos planos secuencia y pocos cortes de cámara dan ese tempo inicial de “lento” tirando a “adagio moderato” (vamos, planos largos y mucho hablar). La mitad de los diálogos no los recuerdo, porque no tenían que ver con la trama, simplemente para presentar la sabiduría y cultura de la directora de la orquesta de Berlín, Lydia Tár. Pero es que ya eso nos queda patente en la primera secuencia-entrevista que le hacen. Es una forma obvia de presentar a alguien, pero vale. Te lo comes y punto. El problema es que toda la hora siguiente es más de los mismo. Diálogos y más diálogos en juego de plano-contraplano.

            Sí que me atrajo más, como documental. Reflejar los entresijos del mundo de la música tan jerarquizado, me mantuvo un poco más atento. Yo he sufrido el tener que pedir disculpas a una estrella, aun sabiendo que fue ella la que cometió el error. Todo porque no se liase más la cosa y por el buen fin de la obra. Y sé lo que se cuece. Por eso dejé aparcadas las bambalinas, por ahora. Aquí el director hace un ejercicio impecable de relatar como el infinito poder de una estrella con soberanía mediática puede llegar a corromperla. Muchas veces es por dinero. Pero, como en otros, verídicos, en este es el sexo el que motiva a los personajes.

Una de las cosas en las que falla esta película es que es tan larga que el verdadero primer giro de la historia llega pasada más de una hora. En esa parte, si quitan secuencias, la película es la misma, se lo aseguro.

            El director Todd Field ya me gustó en la película “En la habitación” (2001) y tiene un don especial para ocultar informaciones para que el espectador no juzgue a la ligera. Todo lo contrario de lo que hacen muchos medios de comunicación hoy en día, cuando quieren linchar a alguien e iniciar juicios paralelos. Durante esta historia, no sabemos si la protagonista tiene o no la razón y el autor intenta que tomemos nuestro propio posicionamiento con sus ambigüedades y ocultaciones de detalles importantes. Aunque, para ello, a veces recurre a elementos que luego no cierran bien las tramas. A mí se me queda colgado el saber para que servían las ensoñaciones que tenía la directora musical ¿remordimientos?

            Otra cosa que apreciamos con facilidad viendo esta cinta, es lo evidente de poner de relevancia casos de abuso de poder para tener relaciones sexuales como los que dieron pie a la iniciativa #MeToo. Insignes nombres han pasado por la quilla de ser acusados de usar su posición privilegiada para contratar a otros artistas para someter sexualmente a sus víctimas. Recordemos los casos de Harvey Weinstein, condenado a 16 años de prisión por contratar actrices a cambio de favores sexuales o Plácido Domingo que tuvo que pedir perdón por el dolor causado a sus víctimas. Aquí es una lesbiana la protagonista del mismo relato que los anteriores. A lo largo de la película nuestra heroína musical pasa, de ser una genio a ser un ser deplorable.

Y Cate Blanchett, que hace uno de los papelazos de su vida. Óscar casi seguro. La sutileza de la conversión del personaje es de ponérsela a los alumnos de interpretación en las clases. Ese aire de arrogancia insultante del principio ya me impresionó, pero; a medida que se va deteriorando su imagen pública, lo hacen sus emociones y su forma de exteriorizar. Es complejo el personaje en matices casi imperceptiblemente y eso es lo que me encanta: cambia radical de personaje pero siendo la esencia del mismo.

Es una pena que el documento explicito de cómo se manejan los hilos de la alta alcurnia de la música de las grandes orquestas se vea diluido al final. Desde el punto de giro de las acusaciones que le hacen, la película viene en “adagio” y va “crescendo” hasta el “allegro”, para terminar en un “prestissimo” que no se entiende y que hace que cuando salen los créditos finales se te quede una cara de ¿y todo para esto? En definitiva, es una buena sinfonía con demasiadas notas discordantes. Y la última secuencia me parece ridícula. Con lo que, terminar el último plano de una obra tan seria como esta con una gracieta, no le pega y se carga mucho del trabajo anterior del personaje y de la historia en sí. Ah, y los Oscars de la fotografía y el montaje, pues no me parecen, ni de lejos.

3 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Director (Todd Field)
Mejor Guion Original (Todd Field)  
Mejor Actriz (Cate Blanchett)
Mejor Director de Fotografía (Florian Hoffmeister)
Mejor Montaje (Monika Willi)




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CRÍTICA OSCARS 2023: «EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA»

EL TRIÁNGULO DE LA TRISTEZA

Director: Ruben Östlund.
Guion: Ruben Östlund.
Intérpretes: Harris DickinsonCharlbi DeanZlatko BuricDolly De LeonWoody Harrelson.


Sinopsis:
Tras la Semana de la moda, Carl y Yaya, pareja de modelos e influencers, son invitados a un yate en un crucero de lujo. Mientras que la tripulación brinda todas las atenciones necesarias a los ricos invitados, el capitán se niega a salir de su cabina, a pesar de la llegada inminente de la célebre cena de gala. Los eventos toman un giro inesperado y el equilibrio de poder se invierte cuando se levanta una tormenta que pone en peligro el confort de los pasajeros.

MI CRÍTICA:

              La primera secuencia me presagiaba que me iba a encantar la película. Un diálogo inteligente, lucido, irónico hasta la ridiculez siempre me inspira una señal de que el director domina el juego que me gusta: hacer humor del drama. Y la película transcurre por esos derroteros en la primera parte. El problema de esta historia es que son dos películas en una, unidas por una escatológica transición que no viene a cuento y que es exagerada al hacernos contemplar atónitos a un sinfín de vómitos y diarreas (literal) consiguiendo que la película pierda toda la gracia. De hecho, siempre digo que, si una secuencia se quita y la película sigue siendo la misma, es que sobraba. Y esa transición sobra, más allá de una secuencia en la que se vea a los pasajeros y tripulantes poniéndose pachuchos. No me apetece ver tantos minutos de comprobar que estaban malos. Ya me había quedado claro en la secuencia del restaurante. Lo demás sobra.

              Pero hablemos de las dos partes por separado. La primera es hilarante, sarcástica y mordaz. Hacía tiempo que no me reía tanto en una sala de cine. Además, como estábamos mi hermano y yo, los dos solos en la sala, pudimos hablar y hacer chiste en medio. Les juro que me divertí. Ridiculizar mundos a los que odio-envidio, siempre es un recurso fácil. Aquí, los personajes ridiculizados son los ricos que no saben qué hacer para divertirse al tener de todo (¿ustedes también lo envidian?) y los influencers que ganan dinero haciéndose fotos con unos espaguetis que no se van a comer. Todo, porque les paguen cosas gratis a cambio de esas fotos (sí, sí, también me da envidia). A mí me han regalado cosas para promocionarlas y les aseguro que mola. Todos en un crucero demostrando los banales que son. El director supo bien empatizar con el público y mostrarnos a unas figuras para los que el dinero y el poder lo es todo en la vida, pero que luego no sabrían hacer una O con un canuto. Esta parte es como una ida de olla, divertida y sorprendente en alguno de los diálogos.

              La segunda parte no hay por dónde pillarla. Lo único que se me ocurre es que quisiera hacer otra ridícula parodia, pero esta vez de los realitys televisivos. La cosa es que no me la creo, nada de nada en cuestión narrativa. Y tiene tales faltas de ritmo, que la película decae hasta el aburrimiento. Y, lo que más me molesta, demasiados fallos de guion de los denominados “pereza del guionista”. No vale que no haya conversión de los personajes a lo largo del tiempo que pasan en la isla. Me niego a creer que gente que ha logrado hacer tanto dinero sean tan torpes que no sean capaces de conseguir comida ni que no hayan salido a investigar a ver cómo es la isla sólo porque oyen un ruido extraño. ¿Prefieren vivir rebajando su dignidad a intentar solucionarla? No, no me lo creo, porque ese tipo de ricachones no aceptan, nunca, nunca; chantajes externos. Y ni decir de las ropas, siempre perfectas; o que contraten a un capitán borracho para un barco tan elitista que cuida todos los detalles entre su tripulación. ¿Y la conversación por la megafonía del barco?, ahí fue cuando empecé a despegarme de la trama, de la película y de las risas.

              Pero quizás “no eres tú, soy yo”. Quizás yo no fuese el público adecuado. Esta película ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el Premio a la Mejor Película del Cine Europeo. Pero vamos, que sigo diciendo que la película empezó de 10 y acabó de 4.

              Otra cosa que rescato de esta película es la interpretación de Woody Warrelson. Es que es uno de mis actores preferidos. Personajes marcados, aunque aquí, por desmesurado; queda ridículo. Eso sí, hasta las ridiculeces las borda. Y mi sorpresa en esta película, más que por la interpretación por la sensualidad que transmite de actriz de los años dorados; es Charlbi Dean. Me sedujo, de verdad. La pena es que no volvamos a verla tras su fallecimiento por una infección hace unos meses (D.E.P.). La hubiera vuelto a ver, seguro. En contra, la interpretación sosa del protagonista Harris Dickinson no sabría decir si es por actuación o porque querer reflejar el mundo de los influencers que parecen mucho y, al final, no son nada más que sosainas, guapos. Me queda duda, pero soso está un rato largo. El único personaje que tiene una transformación es el de la sirvienta filipina Dolly de León, pero, aun así, su parte es tan increíble y ridícula que queda deslucida. Su último plano me parece estremecedor

              Como me suele pasar cuando veo películas que me descolocan, contrasto opiniones y… lo que les digo, a gente le ha parecido una maravilla y a otros un “fake”.

3 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Director (Ruben Östlund)
Mejor Guion Original (Ruben Östlund)


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CRÍTICA OSCARS 2023: «ALMAS EN PENA DE INISHERIN»

ALMAS EN PENA DE INISHERIN

Director: Martin McDonagh
Guion: Martin McDonagh
Intérpretes: Colin FarrellBrendan GleesonKerry CondonBarry KeoghanPat Shortt.

Sinopsis:
Ambientada en una isla remota frente a la costa oeste de Irlanda, ‘Almas en pena de Inisherin’ cuenta la historia de dos amigos de toda la vida, Pádraic y Colm, quienes se encuentran en un callejón sin salida cuando Colm pone fin a su amistad de un modo abrupto. Un Pádraic atónito, ayudado por su hermana Siobhán y por Dominic (un joven con problemas), se esfuerza por reconstruir la relación, negándose a aceptar las negativas de su amigo de siempre. Cuando Colm le plantea a Pádraic un ultimátum desesperado, los acontecimientos se precipitan y provocan consecuencias traumáticas.

MI CRÍTICA:

              Me encantó. Es del tipo de películas que me gustaría dirigir. Por un lado, es entretenida pese a lo lenta y calmada que es la narración, obviamente reflejando lo tediosa que era la vida en Inisherin, una pequeñísima aldea en una isla remota, en la que el tiempo pasa cadencioso para los pocos habitantes que convierten sus amistades en círculos familiares. Ahí radica el detonante de esta historia. A Colm le llega a aburrir tanto su amigo Pádraic que decide cortar por lo sano: que no le hable más. Como detonante, brillante y creíble hasta el punto que todos, creo, hemos tenido tentaciones de hacer eso alguna vez con algún amigo. Yo sí.

              Pero, como buen amigo, Pádraic intentará reconducir la amistad. Y aquí es donde empiezan los puntos de giro en el que la terquedad, la tozudez y los egos le juegan malas pasadas a los personajes. Siempre digo que todas las virtudes, cuando son desmedidas, se convierten en defectos. Ser fiel a los juramentos que hace uno mismo, a veces nos convierten en prisioneros de ellos mismos. Pero hay que saber encontrar las situaciones en las que nos hemos equivocado. Cuando lo haces, pero tienes que ser fiel a tu palabra, lo que venga después te puede perjudicar más de lo que lo haría el pedir disculpas. Y de eso va esta película, de egos y egoísmos.

              Al más puro estilo de mis proyectos, los que quieran entretenerse, lo harán; pero para los que quieran desarrollar el intelecto, hay mensajes y moralejas escondidas. La película está muy bien construida, con unos actores que están inmensos, intuyo por una genial dirección y construcción de sus personalidades desde el guion. Y si quieren disfrutarla, véanla descifrando los mensajes subliminales ocultos, porque éstos, están. Ante todo, esta peli es una película antibelicista. Aunque no sólo es un alegato contra todo tipo de guerras, lo es; también, contra todo tipo de conflictos: laborales, conyugales, políticos, etc. No podemos llevar nuestra tozudez a extremos en los que generaremos sufrimiento en los demás o en nosotros mismos. El mensaje final es que todo se arregla hablando. Y yo soy de los que piensa que todas las guerras de este mundo, menos las que se desarrollan por avaricia económica (que esas el único diálogo que admiten es: “dame lo tuyo para mí”), se solucionan con palabras. En esta película el enfrentamiento es tan ridículo por ambas partes que te das cuenta que era de las peores soluciones de todas: la del enfrentamiento.

              Nominada a 9 Oscars, no destaca en ninguno. Pero me alegran todos. Ojo, porque la mejor Banda Sonora Original puede ser la sorpresa de la noche. Los actores impecables. Me encanta lo creíble de Colin Farrell haciendo de tontito; Brendan Gleeson está esplendoroso aunque no sé porque está nominado al mejor actor secundario cuando es tan protagonista como el que más; el contrapunto perfecto de Kelly Cordon, con la que el director ya trabajó en “Tres anuncios en las afueras” (Martin McDonagh, 2017) que tanto me encantó y el joven Barry Keoghan al que hay que seguir porque les aseguro que va a ser una de las grandes estrellas de esta década (si no se echa a perder como otros). No veo ganador a ninguno, pero el que todos lo estén habla del trabajo del director Martin McDonagh. De hecho, voy a buscar más películas de él. Me encanta el cinismo de sus personajes. Reales como la vida misma.

              Séptima crítica que hago de las películas nominadas al Óscar y sigo sin ver un nivelazo. Eso sí, les digo que esta es la que más me ha gustado de todas si atiendo al estilo de cine que me gusta a mí y que no tiene por qué coincidir con el de los demás.

9 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Director (Martin McDonagh)
Mejor Guion Original (Martin McDonagh)
Mejor Actor (Colin Farrell)
Mejor Actriz Secundaria (Kerry Condon)
Mejor Actor Secundario (Brendan Gleeson)
Mejor Actor Secundario (Barry Keoghan)
Mejor Banda Sonora Original (Carter Burwell)
Mejor Montaje (Mikkel E.G. Nielsen)


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CRÍTICA OSCARS 2023: «TODO A LA VEZ EN TODAS PARTES»

TODO A LA VEZ EN TODAS PARTES

Directores: Dan Kwan y Daniel Scheinert
Guion: Dan Kwan y Daniel Scheinert
Intérpretes: Michelle YeohJamie Lee CurtisKe Huy QuanJames Hong y Stephanie Hsu.


Sinopsis:
          Cuando una ruptura interdimensional altera la realidad, Evelyn (Michelle Yeoh), una inmigrante china en Estados Unidos, se ve envuelta en una aventura salvaje en la que solo ella puede salvar el mundo. Perdida en los mundos infinitos del multiverso, esta heroína inesperada debe canalizar sus nuevos poderes para luchar contra los extraños y desconcertantes peligros del multiverso mientras el destino del mundo pende de un hilo.

MI CRÍTICA:
              No sé qué película vi. No me pidan que se la explique, porque va a ser que no. La analizaré más técnicamente que, como he hecho en las películas anteriores, hablar más de sus tramas. No sabría decirles en cuantos de los millones de mundos paralelos en los que podemos vivir, entendería esta historia. A lo mejor, la película es simple, pero en este mundo el que yo escribo y ustedes me leen; no, en este no ha sido.

              El ritmo frenético de las imágenes nos pone en un contexto de cine actual, pero es que tanto mensaje en el que tenemos que hacer ejercicio para entender, no te da tiempo. Es más, cuando publiqué mi novela, mucha gente me preguntó si la llevaría al cine. Y siempre digo que no, que no tiene el ritmo narrativo para convertirse en película. Este es uno de los problemas de esta cinta. Los Danieles (que así se les llama a estos directores) se equivocaron de medio. Esta historia podría ser atractiva si publicaran un libro. Seguro que hasta me encantaba como lo hizo “Matrix” (Lana Wachowski y Lilly Wachowski, 1999). Pero eligieron un formato en el que el exceso de originalidad no atrapa al espectador medio. Yo les aconsejaría que revisaran la filmografía de los hermanos Wachowski y la de Christopher Nolan. Solo hablan bien de ella los eruditos deseosos de ilustraciones. Será que ellos la hayan discernido, digo yo. Es de primero de dirección de cine que todo lo que el público tenga que entender, lo hagas con imágenes. Aquí se saltaron esa norma básica y lo hicieron todo con diálogos acelerados, y pasa lo que tiene que pasar, que llega un momento en que no has entendido nada.

            Eso sí, a originalidad la ganan pocos. Una irreverente película en la que no faltan dosis de humor, a pesar de que en demasiados minutos no sepas ni a que viene a cuento. ¿Dos piedras hablando con subtítulos en lo alto de un precipicio? ¿Para saltar de un multiverso a otro tienen que meterse algo por el culo? ¿un mundo en el que los humanos tienen salchichas en vez de dedos? Está claro que no soy el público al que va dirigida. No le veo la gracia, aunque me parezca de una originalidad brillante, pero que se pierde en sus propios excesos de absurdidad.

            En los premios BAFTA ganó solamente el premio al Mejor Montaje para Paul Rogers. Cosa que podría repetir en los Oscars. Unos mundos tan caóticos, contados al ritmo que lo hacen, tiene un mérito encomiable. Quizás es lo único que podría sacar de la película como valor añadido. Eso, el maquillaje y vestuario (que lo voy a poner entre mis favoritas); y las interpretaciones, por supuesto.

            Nominada al Óscar su protagonista Michelle Yeoh. Brillante al hacer creíble su personaje en un millón de papeles diferentes, uno por cada universo paralelo al que accede. Los otros tres, nominados como actores de reparto son: Stephanie Hsu (sobreactuada en muchas de las secuencias), Ke Huy Quan (aquel niño que hablaba raro en “Los Goonies” (Richard Donner, 1985), aquí borda cada aparición en cada mundo paralelo) y mi adorada Jamie Lee Curtis (que hace magistralmente miles de papeles y alguno al que no estamos acostumbrados).

            Si lo que quieren es ver una película de acción entretenida, esta no es. Bueno, de acción, sí. Si quieren ejercitar las neuronas y no tienen un sudoku a mano, puede que sí que sea. Pero si van a verla al cine, que conste que es por su propia voluntad. A mí no me echen la culpa después.

RETO PARA LOS INTELECTUALES: Que alguno me diga, exactamente, cuántos universos paralelos visitan durante esta película.

11 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Director (Dan Kwan y Daniel Scheinert)
Mejor Guion Original (Dan Kwan y Daniel Scheinert)
Mejor Actriz (Michelle Yeoh)
Mejor Actriz de Reparto (Stephanie Hsu)
Mejor Actriz de Reparto (Jamie Lee Curtis)
Mejor Actor de Reparto (Ke Huy Quan)
Mejor Montaje (Paul Rogers)
Mejor Vestuario (Shirley Kurata)
Mejor Banda Sonora (Son Lux)
Mejor Canción por «This is a life» de Ryan LottDavid Byrne y Mitski



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CRÍTICA OSCARS 2023: «LOS FABELMAN»

LOS FABELMAN

Director: Steven Spielberg.
Guion: Steven Spielberg y Tony Kushner.
Intérpretes: Michelle WilliamsPaul DanoGabriel LaBelleSeth RogenJulia Butters y Judd Hirsch.


Sinopsis:
          Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad.

MI CRÍTICA:

              Qué difícil se hace escribir una crítica cuando eres juez y parte. Por un lado, hay que evaluar una historia que me toca desde dentro. Como director de cine, yo también tuve un comienzo y tuve que tomar mis decisiones, que es parte esencial de la trama principal de esta película. Por eso, la vida de Sam Fabelman es la historia de mis pasiones y mis frustraciones. Eso sí, estuve durante toda la película llorando. El guion se me hizo muy previsible, quizás porque los que hemos estudiado la vida de Steven Spielberg ya sabíamos que es lo que iba a pasar. Es una de las razones para que ésta no vaya a ser de las películas más recordadas del genial director y, repito como he dicho mil veces, uno de mis maestros junto a Kurosawa, Kubrick y Lubitsch.

La película narra los comienzos de Spielberg con dos tramas que caminan paralelas y copan todo el metraje. Poco espacio para las secundarias que se convierten en terciarias. Por un lado, la pasión de un adolescente por el cine al ver una película con sus padres. Ya no quiso otro juguete que no fueran las cámaras. Por otro lado, el amor y la compasión que el joven Steven sentía por su madre (bueno, y por su padre también, pese a las diferencias que les hacían chocar) que la convierten en el centro de atención de todos los focos. Él sabe que, sin el apoyo de ella que creía fervientemente en el arte, su padre le habría puesto a estudiar una carrera. Con esta cinta se lo agradece explícitamente.

También, como maestro que sabe que es de las nuevas generaciones, nos da, constantemente, lecciones de cine. Hay que grabarse en la cabeza los 10 minutos de la interpretación del Tio Boris (interpretado magistralmente por Judd Hirsch, aunque me parece excesiva la nominación al Óscar) y el mensaje de que “el horizonte siempre tiene que estar arriba o abajo, porque en el centro aburre” que pone en boca, a modo de homenaje, a su director fetiche: John Ford. Otra de las lecciones que nos deja es la lucha de lo que es arte y de lo es comercial. Durante toda la película planea por encima de las tramas y los personajes. Me gusta como en esta cinta no trata de moralizar, dejando a todos los que la vemos con las ganas de pensar en todas estas cosas y saquemos nosotros nuestras conclusiones. Yo, en mi momento, opté por un trabajo de funcionario en vez de irme a la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba donde me conseguían una plaza. ¿Cuál, entre el o yo, hizo lo correcto? Los dos, de eso trata esta peli. Cada uno eligió su camino. De hecho, me emocionó mucho cuando empieza a rodar con una cámara ArriFlex de 16mm. que fue con la que yo rodé mi primer cortometraje “Vividor”. Por un momento me sentí importante y a llorar de nuevo.

Aun así, a pesar de ser una película sobre su vida, no es la más Spielberg de todas. Es más, en algunos pasajes me parecía como si hubiera dirigido otro. Hay, algunos bajones de ritmo que no he visto en sus otras películas. Quizás, su pasión por contar la historia como la veía en su cabeza le restó de ese talento comercial del que siempre ha hecho gala. Por ejemplos, dar su visión sobre los ridículos excesos de las religiones (sea cual fuere) es más un empeño del director que una necesidad para el espectador o algunos diálogos tan explicativos para remarcar su pasión por el cine. Ya dije al principio que no se puede ser juez y parte y él, en esta, era las dos cosas. Se la perdonaremos por ser quién es, pero si no la hubiera dirigido él, les aseguro que no estaría nominada a ningún Óscar.

Y un capítulo especial para el elenco de actores. Espectaculares todos. Lo mejor de la película. Sólo por ver a Paul Dano vale la pena pagar. A mí ya me maravilló en una de mis pelis preferidas “Pequeña Miss Sunshine” (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006). Papá Fabelman enamora. Un sufridor lleno de matices. Logra que el publico se identifique con su personaje de tal manera que me hubiera gustado su nominación. Impresionante, también, Gabriel LaBelle. Un desconocido que logra dar bandazos por sus emociones torturadas y, aun así, demostrar inseguridad y determinación en los momentos adecuados. No tuvo que ser fácil dejarse dirigir en un papel que es el propio director en su juventud. Y qué decir de Michelle Williams. Por ahora, mi favorita al Oscar. A veces loca, a veces tierna, pero dando siempre la sensación de dominarlo y bailar con ello. Como dije antes, la verdadera protagonista de esta película. Quinta nominación. Las cuatro anteriores por “Brokeback Mountain” (Ang Lee, 2005), “Blue Valentine” (Derek Cianfrance, 2010), “Mi semana con Marilyn” (Simon Curtis, 2011) y la recomendable “Manchester frente al mar” (Kenneth Lonergan, 2016); y a mi me enamoró en “El gran showman” (Michael Gracey, 2017). Ya le toca. A John Williams creo que esta vez no.

Para volver a verla, creo que preferiría cualquier documental sobre Steven Spielberg, el mago, el maestro de las imágenes. Pero para los amantes del cine, no se la pueden perder. La van a disfrutar.



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Top Gun: Maverick»

TOP GUN: MAVERICK

Director: Joseph Kosinski
Guion: Ehren Kruger, Eric Warren Singer, Christopher McQuarrie, Peter Craig y Justin Marks
Intérpretes: Tom CruiseMiles TellerJennifer ConnellyJon HammEd Harris y Val Kilmer.


Sinopsis:
          Después de más de treinta años de servicio como uno de los mejores aviadores de la Armada, Pete «Maverick» Mitchell (Tom Cruise) se encuentra donde siempre quiso estar: superando los límites como un valiente piloto de pruebas y esquivando el ascenso de rango, que no le dejaría volar emplazándolo en tierra. Cuando es destinado a la academia de Top Gun con el objetivo de entrenar a los pilotos de élite para realizar una peligrosa misión en territorio enemigo, Maverick se encuentra allí con el joven teniente Bradley Bradshaw (Miles Teller), el hijo de su difunto amigo «Goose».

MI CRÍTICA:

          Reconozco que me sorprendió para bien. Me había negado a verla y si no es por esta nominación al Óscar a la mejor película, hubiera pasado sin ella. Pero me alegro de haberla visto anoche. ¿Qué que impresionó de ella? Pues el guion.

          Hacía tiempo que no veía una película con tantos matices que, se nota, han sido creados desde el guion. Lejos de ser una cinta de guerra-acción, es una película de personajes muy bien hilada. Múltiples tramas que convergen todas y se entremezclan con una fluidez que no es fácil. Por un lado, tenía algo de esfuerzo ganado ya que todos conocían a los personajes de la precuela “Top Gun: Ídolos del aire” (Tony Scott, 1986) y no hacía falta crear secuencias para presentarlos. Eso ayuda al guionista. Pero esto, que parece a favor, se torna un castigo cuando tienes que escribir una historia ciñéndote al pasado, es decir, que trabajas menos libre. Y ahí creo que fue donde lo bordaron. El guion lo encabezan Ehren Kruger, Eric Warren Singer, Christopher McQuarrie, Peter Craig y Justin Marks; no he logrado averiguar cuál se encargó de los diálogos, pero me parecen de una brillantez remarcable. Muchas veces, la gente, que no entiende como se hace el cine, no sabe de que hay técnicos para todo. Cuando tienes un buen dialoguista te das cuenta de que los personajes son muy reales y creíbles. En esta película, pasa.

          De verdad que me parece que esta secuela supera a la original en casi todo. La película iba a ser dirigida, de nuevo, por el autor de la anterior Tony Scott; pero tras su suicidio en 2012 se contrató a Joseph Kosinski, a instancias del propio Cruise al que ya había dirigido en “Oblivion” (2013). Supo mantener las virtudes de la cinta de Scott y engrandecerla con unos arcos narrativos que hace que las tramas secundarias se retuerzan y formen giros dramáticos que te mantienen pegado y metido a la trama durante todo el metraje, sin bajar, en ningún momento el ritmo. Además, saber combinar acción con emociones de los personajes, no es fácil, se lo aseguro. Yo le hubiera nominado al Óscar.

          Con 1.488 millones de dólares fue la segunda película más taquillera en el mundo en 2022, después de “Avatar: el sentido del agua” (James Cameron, 2022) y que más ha recaudado en la filmografía de Cruise. Sigo repitiéndome, gracias a las virtudes de elementos que funcionan: la lucha del pasado (aviones tripulados) con el futuro (aviones sin piloto), el antiguo amor de Maverick (Cruise) y Penny (Connelly) que se reactiva más fuerte que nunca, la muerte del antiguo compañero Goose y que ahora tiene que perdonar al ser su hijo uno de los elegidos para la misión, las constantes indisciplinas del teniente que nos mantienen en la lucha del poder contra el desvalido; y todo con sus dosis de melodrama. Bien mezclado y bien servido, además, con unas acrobacias de los aviones rodadas realmente con actores volando en los propios aparatos y con, como ya es sabido, Tom Cruise realizando las tomas sin dobles ni nada. A pelo.

          Para acabar quiero destacar a dos intérpretes. Me encanta Jennnifer Connelly en esta película. Es aquella niña que nos maravilló en “Érase una vez en América” de Sergio Leone (1984) que no me canso de ver. La química sensual-sexual con Maverick me da envía. Y eso es culpa de un buen guion, una buena dirección y una gran interpretación. No es fácil ser tan sutil, pero enamora. Y, por otro lado, mi adorado cinematográficamente hablando Val Kilmer que, a pesar de su cáncer de garganta, vuelve a repetir personaje treinta y seis años más viejo. Sencillamente brillante ha sido el construir al personaje de esa manera para “aprovechar” su aspecto actual e incorporarlo a la trama. Y ojo, esta película puede ser la sorpresa en las nominaciones técnicas y la canción “Hold my hand” de Lady Gaga & BloodPop le puede arrancar el Óscar a la favorita “Naatu naatu” de M.M. Keeravaani.

6 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Guion Adaptado (Ehren KrugerEric Warren SingerChristopher McQuarriePeter Craig y Justin Marks)  
Mejor Montaje (Eddie Hamilton)  
Mejores Efectos Visuales (Ryan TudhopeSeth HillBryan Litson y Scott R. Fisher)  
Mejor Sonido (Mark WeingartenJames MatherAl NelsonChris Burdon y Mark Taylor)  
Mejor canción por «Hold my hand» de Lady Gaga y BloodPop



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Sin novedad en el frente»

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Director: Edward Berger.
Guion: Edward BergerLesley Paterson y Ian Stokell (basada en la novela homónima de Erich Maria Remarque).
Intérpretes: Felix KammererAlbrecht SchuchAaron HilmerMoritz Klaus y Edin Hasanovic.


Sinopsis:
          Relato de las terribles experiencias y la angustia de un joven soldado alemán en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial.

MI CRÍTICA:
             Esta es una película antimilitarista, pese a su crudeza. Un canto al sinsentido que es una guerra. Y una llamada a lo que deberíamos hacer los ciudadanos cuando los dirigentes nos quieran conducir a una confrontación, mientras ellos discuten desde sus despachos al abrigo de las balas. Fílmicamente, me recordó lo genial de los 20 primeros minutos de “Salvar al soldado Ryan” (Steven Spielberg, 1998). Es igual de realista que ella, pero durante todo el metraje. Es más, si me apuran es una mezcla de “1917” (Sam Mendes, 2019) y “Hasta el último hombre” (Mel Gibson, 2016). De hecho, ahí radica el primero de los problemas que le veo a la película: que me recuerda a otras. Nada original que no sea el hiperrealismo de algunas imágenes y el impecable trabajo en maquillaje, efectos especiales y fotografía. Aquí puede ser una de las triunfadoras de la noche.

             Esta película alemana contrasta, eso sí, con la gran cantidad de films sobre la guerra hechos en los Estados Unidos. Y cada bando cuenta las historias a su manera. En esta, los ganadores y perdedores no son los países, son las clases sociales. Ganan los poderosos que hacen su guerra y pierden los ciudadanos que vuelven a casa en ataúdes. La histyria es muy plana, me imagino que lo mismo que el libro en el que está basada de Erich María Remarque y publicada en 1929. Lo escribió contando su experiencia en la Primera Guerra Mundial cuando, con 18 años, fue reclutado por el ejército alemán. Es la tercera adaptación que se hace de esta novela. La primera, dirigida por Lewis Milestone, le valió dos estatuillas a Mejor Película y Mejor Director. Quizás radique ahí mismo el éxito de esta trama circular que empieza como acaba, con los nuevos reclutas que entran a sustituir a todos los que, sin sentido y sin saber las razones, han perdido sus vidas (incluidos los que sobrevivieron). Millones de jóvenes fueron enviados a una muerte y ni las razones por que la atacaban las sabían. Solo que les habían convencido que había que salvar la patria. La gran excusa esgrimida por los gobiernos para tener carne de cañón para enviar al frente y satisfacer sus megalómanos proyectos.

            El estar nominada a la Mejor Película, le pone en modo “favorita” a la mejor Película Internacional. El joven director Edward Berger proviene más del mundo de la televisión y, aunque no está nominado al Óscar, sí lo están los directores de producción. Viendo esta cantidad de planos impecables, sobre todo los que hemos dirigido cine, te das cuenta de la paliza que se tuvieron que dar para hacer un producto bien hecho. Es más, nunca se me había ocurrido, pero todos los directores de cine convendrán conmigo en que deberían crear una categoría para premiar con un Óscar a los Ayudantes de Director. Esas figuras tan imprescindibles en un rodaje.

            Como no he visto todas las películas (todavía), no puedo juzgar el porqué de que el protagonista Felix Kammerer no está nominado al Oscar por un papel que me parece muy complejo de interpretar. Para mí, es lo mejor de esta cinta. Austriaco y casi sin experiencia, ha logrado transmitir cosas muy sutiles. Y eso es lo difícil. A veces aparece demasiado tierno y la conversión de como va madurando como soldado sin perder esa inocencia es uno de los motivos de esta cinta. Los pusieran donde los pusieran, los mandaran a matar o lo que fuera, no dejaban de ser niños.

            La fotografía, otro aspecto que me encanta de esta película, la firma James Friend. Como el director, provienen del mundo de la televisión y pronto estrenara una miniserie continuación de la película de culto “Willow” (Ron Howard, 1988). Quiero verla. Este puede ser uno de los triunfadores de la noche.

            En fin, que, para los que la quieran ver, es una película de guerra, con unos planos muy realistas; pero que no sorprende por nada más. Es más, me atrevería a decir que algunas secuencias se podrían suprimir sin que el guion sufriera el mínimo rasguño. Y también tengo que incidir en que algunas de los giros de la trama son efectistas para provocar alguna emoción. Sí, ya sé que es una de las misiones de un buen director, pero es que aquí se evidencian demasiado. Es como cuando te presentan a alguien y notas que se está haciendo el simpático para caerte bien. Cuando lo notas, te produce rechazo. Pues eso me pasó con algunas partes de esta película. Hay escenas que no te las crees, pero que están puestas para que parezca que el guion está mas currado: y se aprecia demasiado.

[ZONA SPOILER] El ejemplo de lo que pongo en el último párrafo es que no me creo que uno de los soldados recorte, de un poster que hay en una pared perdida; una foto del dibujo de una mujer para guardarla en su bolsillo y en su corazón. Ya me chirría que se “enamore” de un dibujo, pero no he ido a la guerra y esas cosas pueden pasar en cabezas trastornadas por los disparos y las bombas. Que ese medio poster lo cuelgue en una trinchera para tener un aliciente para volver a verla, me chirría más. Pero que, al final de la guerra, después de avances y retrocesos, acaben en la misma trinchera para hacerle un plano al póster. Es demasiada casualidad. Pues de estos detalles ñoños, hay varios en la peli y la deslucen. [/ZONA SPOILER]

9 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Película de habla no inglesa
Mejor Diseño de Producción (Christian M. Goldbeck y Ernestine Hipper)
Mejor Guion Adaptado (Edward BergerLesley Paterson y Ian Stokell )  
Mejor Director de Fotografía (James Friend)
Mejor Banda Sonora (Volker Bertelmann)
Mejores Efectos Visuales (Frank PetzoldViktor MullerMarkus Frank y Kamil Jaffar)
Mejor Sonido (Viktor PrasilFrank KruseMarkus StemlerLars Ginzel y Stefan Korte)
Mejor Maquillaje y Peluquería (Heike Merker y Linda Eisenhamerova)



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Avatar 2: el sentido del agua»

Avatar 2: el sentido del agua

Director: James Cameron.
Guion: James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver
Intérpretes: Sam WorthingtonZoe SaldanaSigourney WeaverKate Winslet.


Sinopsis:
             Más de una década después de los acontecimientos de ‘Avatar’, los Na’vi Jake Sully, Neytiri y sus hijos viven en paz en los bosques de Pandora hasta que regresan los hombres del cielo. Entonces comienzan los problemas que persiguen sin descanso a la familia Sully, que decide hacer un gran sacrificio para mantener a su pueblo a salvo y seguir ellos con vida. 

MI CRÍTICA:
             Lo primero que hay que destacar es cómo ves la película. Yo tuve la oportunidad de verla en 4D E-Motion y a ella me remito. No sé que sensación se tiene cuando se ve en el 2D convencional. Está claro que la percepción nos influye a la hora de sentir emociones y en el cine, obvio, es lo mismo. Pero vamos, que entre el 3D y el 4D no he visto un salto cualitativo a la hora de vivir pasiones. Eso sí, tridimensionalmente, esta película es un regalo visual. Es como cuando vamos a ver un buen espectáculo de fuegos artificiales y estamos todo el rato con la boca abierta. Sólo por esto, ya me mereció la pena ir a verla. Seguro que me pasa como con la primera de esta saga, la volví a ver por la televisión y me pareció muy floja. Este tipo de cine es para ir a verlo en las salas y con pantalla gigante.

            Hablar de “Avatar” es hablar de James Cameron. Es su apuesta, no solo por el cine, si no por la industria. A través de su empresa Lightstorm, se están dedicando a innovar tecnológicamente los cánones de proyección. Partes de esta película están proyectados con sistema HFR (High Frame Resolution) a 48 fotogramas por segundo en vez de los 25, que es el ratio normalizado. La primera película que se emitió con este sistema fue “El hobbit: un viaje inesperado” (Peter Jackson, 2012). El problema que plantea es que, para reproducirse con esta nitidez tan espectacular tiene que disponerse de unos proyectores especiales. De hecho, en Japón ha tenido muchas denuncias porque dañaba los proyectores normales. Eso sí, los “efectos especiales” en la sala (viento, olores, agua en la cara del espectador, asientos que se mueven, etc.) todavía están sobrevalorados y creo que deberán mejorar en el futuro. A mí me molestaron más de lo normal e, incluso, algunas veces sacaron mis sentidos de la historia y de lo que estaba viendo.

            De hecho, la película es una de las favoritas al Óscar a los efectos visuales. Joe Letteri, uno de los responsables, ya tiene 4 (más uno por sus innovaciones técnicas en la industria cinematográfica) por “El señor de los anillos: las dos torres” (Peter Jackson, 2002), “El señor de los anillos: el retorno del rey” (Peter Jackson, 2003), “King Kong” (Peter Jackson, 2005) y “Avatar” (James Cameron, 2009).

            Otro aspecto a evaluar es el guion, firmado por el propio Cameron junto a Rick Jaffa y Amanda Silver. Me entretuvo la película, que, de verdad, muchas veces es lo único que pido. Sabía que no iba a ver una obra de arte y no llevaba esa expectativa, con lo cual no me decepcionó. La duración de 3 horas y cuarto parece excesiva pero no tanto, reconozco que no se me hizo pesada ni larga, lo cual ya es un aliciente para verla. Aun así, constato que le sobran minutos, sobre todo al final. Si dividimos la película en tres como reza el dictado tradicional planteamiento-desarrollo-desenlace, diré la primera parte genial, atrapa mucho. La segunda, notable. Es como el efecto de los culebrones suramericanos, con mucha dosis de tragedia familiar, mezclado con películas norteamericanas de acción. Y, como digo, bien entrelazadas para mantenerte atento y con ganas de saber como se resuelve la historia. Es el final el que me chirría, demasiados minutos para un final que no es sorprendente por lo previsible y porque dura tanto que quieres que termine ya. Es más, termina un poco ñoño, que me suele chirriar mucho.

            Visualmente, ese final es espectacular. Cambios de plano, acción trepidante, situaciones límite y todas esas parafernalias de la industria del cine de acción estadounidense. Pero no hay que olvidarse que una pelea entre dos en la que se dan tortas, no hace avanzar el resto de las tramas y eso le pasa al final de esta película. Demasiada acción, pero no pasa nada. Ahí es donde se me estancó la película. Si le recortan 20 minutos del final sales con la sensación de que querías más, que es de las mejores críticas que te pueden hacer. Y eso atraería fieles seguidores a la 3ª, 4ª y 5ª entregas de esta saga previstas para 2024, 2026 y 2028 respectivamente. Ale, ya tenemos culebrón. Por mi parte, estoy seguro de que iré a verlas a la sala de cine; porque en la pantalla de casa, no es lo mismo; ni de lejos.

4 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Diseño de Producción (Dylan Cole, Ben Procter y Vanessa Cole)
Mejores Efectos Especiales (Joe Letteri, Richard Baneham, Eric Saindon y Daniel Barrett)
Mejor Sonido (Julian Howarth, Gwendolyn Yates Whittle, Dick Bernstein, Christopher Boyes, Gary Summers y Michael Hedges)



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Opinión: LA FAMILIA BÉLIER Y LA GALA DE LOS OSCARS

              He vuelto a picar y eso que me lo repito siempre: “el año que viene no veo la Gala”. Pero es más fuerte la pasión por el cine y vuelvo a caer en la trampa. Es aburrida, con un humor grueso del que después hablaremos, repetitiva, año tras año y; siendo el escaparate mundial de la creatividad, cada vez es menos original. Eso sí, los escenarios son increíbles. Ojalá pueda trabajar algún día con tal despliegue de medios. En esta 94ª edición, además, la calidad de las películas no ayudaba. Ganó el Óscar a la Mejor Película, la más amable de todas: “CODA” (¿una película de Sian Heder?).

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