CRÍTICA OSCARS 2023: «LOS FABELMAN»

LOS FABELMAN

Director: Steven Spielberg.
Guion: Steven Spielberg y Tony Kushner.
Intérpretes: Michelle WilliamsPaul DanoGabriel LaBelleSeth RogenJulia Butters y Judd Hirsch.


Sinopsis:
          Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad.

MI CRÍTICA:

              Qué difícil se hace escribir una crítica cuando eres juez y parte. Por un lado, hay que evaluar una historia que me toca desde dentro. Como director de cine, yo también tuve un comienzo y tuve que tomar mis decisiones, que es parte esencial de la trama principal de esta película. Por eso, la vida de Sam Fabelman es la historia de mis pasiones y mis frustraciones. Eso sí, estuve durante toda la película llorando. El guion se me hizo muy previsible, quizás porque los que hemos estudiado la vida de Steven Spielberg ya sabíamos que es lo que iba a pasar. Es una de las razones para que ésta no vaya a ser de las películas más recordadas del genial director y, repito como he dicho mil veces, uno de mis maestros junto a Kurosawa, Kubrick y Lubitsch.

La película narra los comienzos de Spielberg con dos tramas que caminan paralelas y copan todo el metraje. Poco espacio para las secundarias que se convierten en terciarias. Por un lado, la pasión de un adolescente por el cine al ver una película con sus padres. Ya no quiso otro juguete que no fueran las cámaras. Por otro lado, el amor y la compasión que el joven Steven sentía por su madre (bueno, y por su padre también, pese a las diferencias que les hacían chocar) que la convierten en el centro de atención de todos los focos. Él sabe que, sin el apoyo de ella que creía fervientemente en el arte, su padre le habría puesto a estudiar una carrera. Con esta cinta se lo agradece explícitamente.

También, como maestro que sabe que es de las nuevas generaciones, nos da, constantemente, lecciones de cine. Hay que grabarse en la cabeza los 10 minutos de la interpretación del Tio Boris (interpretado magistralmente por Judd Hirsch, aunque me parece excesiva la nominación al Óscar) y el mensaje de que “el horizonte siempre tiene que estar arriba o abajo, porque en el centro aburre” que pone en boca, a modo de homenaje, a su director fetiche: John Ford. Otra de las lecciones que nos deja es la lucha de lo que es arte y de lo es comercial. Durante toda la película planea por encima de las tramas y los personajes. Me gusta como en esta cinta no trata de moralizar, dejando a todos los que la vemos con las ganas de pensar en todas estas cosas y saquemos nosotros nuestras conclusiones. Yo, en mi momento, opté por un trabajo de funcionario en vez de irme a la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba donde me conseguían una plaza. ¿Cuál, entre el o yo, hizo lo correcto? Los dos, de eso trata esta peli. Cada uno eligió su camino. De hecho, me emocionó mucho cuando empieza a rodar con una cámara ArriFlex de 16mm. que fue con la que yo rodé mi primer cortometraje “Vividor”. Por un momento me sentí importante y a llorar de nuevo.

Aun así, a pesar de ser una película sobre su vida, no es la más Spielberg de todas. Es más, en algunos pasajes me parecía como si hubiera dirigido otro. Hay, algunos bajones de ritmo que no he visto en sus otras películas. Quizás, su pasión por contar la historia como la veía en su cabeza le restó de ese talento comercial del que siempre ha hecho gala. Por ejemplos, dar su visión sobre los ridículos excesos de las religiones (sea cual fuere) es más un empeño del director que una necesidad para el espectador o algunos diálogos tan explicativos para remarcar su pasión por el cine. Ya dije al principio que no se puede ser juez y parte y él, en esta, era las dos cosas. Se la perdonaremos por ser quién es, pero si no la hubiera dirigido él, les aseguro que no estaría nominada a ningún Óscar.

Y un capítulo especial para el elenco de actores. Espectaculares todos. Lo mejor de la película. Sólo por ver a Paul Dano vale la pena pagar. A mí ya me maravilló en una de mis pelis preferidas “Pequeña Miss Sunshine” (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006). Papá Fabelman enamora. Un sufridor lleno de matices. Logra que el publico se identifique con su personaje de tal manera que me hubiera gustado su nominación. Impresionante, también, Gabriel LaBelle. Un desconocido que logra dar bandazos por sus emociones torturadas y, aun así, demostrar inseguridad y determinación en los momentos adecuados. No tuvo que ser fácil dejarse dirigir en un papel que es el propio director en su juventud. Y qué decir de Michelle Williams. Por ahora, mi favorita al Oscar. A veces loca, a veces tierna, pero dando siempre la sensación de dominarlo y bailar con ello. Como dije antes, la verdadera protagonista de esta película. Quinta nominación. Las cuatro anteriores por “Brokeback Mountain” (Ang Lee, 2005), “Blue Valentine” (Derek Cianfrance, 2010), “Mi semana con Marilyn” (Simon Curtis, 2011) y la recomendable “Manchester frente al mar” (Kenneth Lonergan, 2016); y a mi me enamoró en “El gran showman” (Michael Gracey, 2017). Ya le toca. A John Williams creo que esta vez no.

Para volver a verla, creo que preferiría cualquier documental sobre Steven Spielberg, el mago, el maestro de las imágenes. Pero para los amantes del cine, no se la pueden perder. La van a disfrutar.



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Top Gun: Maverick»

TOP GUN: MAVERICK

Director: Joseph Kosinski
Guion: Ehren Kruger, Eric Warren Singer, Christopher McQuarrie, Peter Craig y Justin Marks
Intérpretes: Tom CruiseMiles TellerJennifer ConnellyJon HammEd Harris y Val Kilmer.


Sinopsis:
          Después de más de treinta años de servicio como uno de los mejores aviadores de la Armada, Pete «Maverick» Mitchell (Tom Cruise) se encuentra donde siempre quiso estar: superando los límites como un valiente piloto de pruebas y esquivando el ascenso de rango, que no le dejaría volar emplazándolo en tierra. Cuando es destinado a la academia de Top Gun con el objetivo de entrenar a los pilotos de élite para realizar una peligrosa misión en territorio enemigo, Maverick se encuentra allí con el joven teniente Bradley Bradshaw (Miles Teller), el hijo de su difunto amigo «Goose».

MI CRÍTICA:

          Reconozco que me sorprendió para bien. Me había negado a verla y si no es por esta nominación al Óscar a la mejor película, hubiera pasado sin ella. Pero me alegro de haberla visto anoche. ¿Qué que impresionó de ella? Pues el guion.

          Hacía tiempo que no veía una película con tantos matices que, se nota, han sido creados desde el guion. Lejos de ser una cinta de guerra-acción, es una película de personajes muy bien hilada. Múltiples tramas que convergen todas y se entremezclan con una fluidez que no es fácil. Por un lado, tenía algo de esfuerzo ganado ya que todos conocían a los personajes de la precuela “Top Gun: Ídolos del aire” (Tony Scott, 1986) y no hacía falta crear secuencias para presentarlos. Eso ayuda al guionista. Pero esto, que parece a favor, se torna un castigo cuando tienes que escribir una historia ciñéndote al pasado, es decir, que trabajas menos libre. Y ahí creo que fue donde lo bordaron. El guion lo encabezan Ehren Kruger, Eric Warren Singer, Christopher McQuarrie, Peter Craig y Justin Marks; no he logrado averiguar cuál se encargó de los diálogos, pero me parecen de una brillantez remarcable. Muchas veces, la gente, que no entiende como se hace el cine, no sabe de que hay técnicos para todo. Cuando tienes un buen dialoguista te das cuenta de que los personajes son muy reales y creíbles. En esta película, pasa.

          De verdad que me parece que esta secuela supera a la original en casi todo. La película iba a ser dirigida, de nuevo, por el autor de la anterior Tony Scott; pero tras su suicidio en 2012 se contrató a Joseph Kosinski, a instancias del propio Cruise al que ya había dirigido en “Oblivion” (2013). Supo mantener las virtudes de la cinta de Scott y engrandecerla con unos arcos narrativos que hace que las tramas secundarias se retuerzan y formen giros dramáticos que te mantienen pegado y metido a la trama durante todo el metraje, sin bajar, en ningún momento el ritmo. Además, saber combinar acción con emociones de los personajes, no es fácil, se lo aseguro. Yo le hubiera nominado al Óscar.

          Con 1.488 millones de dólares fue la segunda película más taquillera en el mundo en 2022, después de “Avatar: el sentido del agua” (James Cameron, 2022) y que más ha recaudado en la filmografía de Cruise. Sigo repitiéndome, gracias a las virtudes de elementos que funcionan: la lucha del pasado (aviones tripulados) con el futuro (aviones sin piloto), el antiguo amor de Maverick (Cruise) y Penny (Connelly) que se reactiva más fuerte que nunca, la muerte del antiguo compañero Goose y que ahora tiene que perdonar al ser su hijo uno de los elegidos para la misión, las constantes indisciplinas del teniente que nos mantienen en la lucha del poder contra el desvalido; y todo con sus dosis de melodrama. Bien mezclado y bien servido, además, con unas acrobacias de los aviones rodadas realmente con actores volando en los propios aparatos y con, como ya es sabido, Tom Cruise realizando las tomas sin dobles ni nada. A pelo.

          Para acabar quiero destacar a dos intérpretes. Me encanta Jennnifer Connelly en esta película. Es aquella niña que nos maravilló en “Érase una vez en América” de Sergio Leone (1984) que no me canso de ver. La química sensual-sexual con Maverick me da envía. Y eso es culpa de un buen guion, una buena dirección y una gran interpretación. No es fácil ser tan sutil, pero enamora. Y, por otro lado, mi adorado cinematográficamente hablando Val Kilmer que, a pesar de su cáncer de garganta, vuelve a repetir personaje treinta y seis años más viejo. Sencillamente brillante ha sido el construir al personaje de esa manera para “aprovechar” su aspecto actual e incorporarlo a la trama. Y ojo, esta película puede ser la sorpresa en las nominaciones técnicas y la canción “Hold my hand” de Lady Gaga & BloodPop le puede arrancar el Óscar a la favorita “Naatu naatu” de M.M. Keeravaani.

6 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Guion Adaptado (Ehren KrugerEric Warren SingerChristopher McQuarriePeter Craig y Justin Marks)  
Mejor Montaje (Eddie Hamilton)  
Mejores Efectos Visuales (Ryan TudhopeSeth HillBryan Litson y Scott R. Fisher)  
Mejor Sonido (Mark WeingartenJames MatherAl NelsonChris Burdon y Mark Taylor)  
Mejor canción por «Hold my hand» de Lady Gaga y BloodPop



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Sin novedad en el frente»

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Director: Edward Berger.
Guion: Edward BergerLesley Paterson y Ian Stokell (basada en la novela homónima de Erich Maria Remarque).
Intérpretes: Felix KammererAlbrecht SchuchAaron HilmerMoritz Klaus y Edin Hasanovic.


Sinopsis:
          Relato de las terribles experiencias y la angustia de un joven soldado alemán en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial.

MI CRÍTICA:
             Esta es una película antimilitarista, pese a su crudeza. Un canto al sinsentido que es una guerra. Y una llamada a lo que deberíamos hacer los ciudadanos cuando los dirigentes nos quieran conducir a una confrontación, mientras ellos discuten desde sus despachos al abrigo de las balas. Fílmicamente, me recordó lo genial de los 20 primeros minutos de “Salvar al soldado Ryan” (Steven Spielberg, 1998). Es igual de realista que ella, pero durante todo el metraje. Es más, si me apuran es una mezcla de “1917” (Sam Mendes, 2019) y “Hasta el último hombre” (Mel Gibson, 2016). De hecho, ahí radica el primero de los problemas que le veo a la película: que me recuerda a otras. Nada original que no sea el hiperrealismo de algunas imágenes y el impecable trabajo en maquillaje, efectos especiales y fotografía. Aquí puede ser una de las triunfadoras de la noche.

             Esta película alemana contrasta, eso sí, con la gran cantidad de films sobre la guerra hechos en los Estados Unidos. Y cada bando cuenta las historias a su manera. En esta, los ganadores y perdedores no son los países, son las clases sociales. Ganan los poderosos que hacen su guerra y pierden los ciudadanos que vuelven a casa en ataúdes. La histyria es muy plana, me imagino que lo mismo que el libro en el que está basada de Erich María Remarque y publicada en 1929. Lo escribió contando su experiencia en la Primera Guerra Mundial cuando, con 18 años, fue reclutado por el ejército alemán. Es la tercera adaptación que se hace de esta novela. La primera, dirigida por Lewis Milestone, le valió dos estatuillas a Mejor Película y Mejor Director. Quizás radique ahí mismo el éxito de esta trama circular que empieza como acaba, con los nuevos reclutas que entran a sustituir a todos los que, sin sentido y sin saber las razones, han perdido sus vidas (incluidos los que sobrevivieron). Millones de jóvenes fueron enviados a una muerte y ni las razones por que la atacaban las sabían. Solo que les habían convencido que había que salvar la patria. La gran excusa esgrimida por los gobiernos para tener carne de cañón para enviar al frente y satisfacer sus megalómanos proyectos.

            El estar nominada a la Mejor Película, le pone en modo “favorita” a la mejor Película Internacional. El joven director Edward Berger proviene más del mundo de la televisión y, aunque no está nominado al Óscar, sí lo están los directores de producción. Viendo esta cantidad de planos impecables, sobre todo los que hemos dirigido cine, te das cuenta de la paliza que se tuvieron que dar para hacer un producto bien hecho. Es más, nunca se me había ocurrido, pero todos los directores de cine convendrán conmigo en que deberían crear una categoría para premiar con un Óscar a los Ayudantes de Director. Esas figuras tan imprescindibles en un rodaje.

            Como no he visto todas las películas (todavía), no puedo juzgar el porqué de que el protagonista Felix Kammerer no está nominado al Oscar por un papel que me parece muy complejo de interpretar. Para mí, es lo mejor de esta cinta. Austriaco y casi sin experiencia, ha logrado transmitir cosas muy sutiles. Y eso es lo difícil. A veces aparece demasiado tierno y la conversión de como va madurando como soldado sin perder esa inocencia es uno de los motivos de esta cinta. Los pusieran donde los pusieran, los mandaran a matar o lo que fuera, no dejaban de ser niños.

            La fotografía, otro aspecto que me encanta de esta película, la firma James Friend. Como el director, provienen del mundo de la televisión y pronto estrenara una miniserie continuación de la película de culto “Willow” (Ron Howard, 1988). Quiero verla. Este puede ser uno de los triunfadores de la noche.

            En fin, que, para los que la quieran ver, es una película de guerra, con unos planos muy realistas; pero que no sorprende por nada más. Es más, me atrevería a decir que algunas secuencias se podrían suprimir sin que el guion sufriera el mínimo rasguño. Y también tengo que incidir en que algunas de los giros de la trama son efectistas para provocar alguna emoción. Sí, ya sé que es una de las misiones de un buen director, pero es que aquí se evidencian demasiado. Es como cuando te presentan a alguien y notas que se está haciendo el simpático para caerte bien. Cuando lo notas, te produce rechazo. Pues eso me pasó con algunas partes de esta película. Hay escenas que no te las crees, pero que están puestas para que parezca que el guion está mas currado: y se aprecia demasiado.

[ZONA SPOILER] El ejemplo de lo que pongo en el último párrafo es que no me creo que uno de los soldados recorte, de un poster que hay en una pared perdida; una foto del dibujo de una mujer para guardarla en su bolsillo y en su corazón. Ya me chirría que se “enamore” de un dibujo, pero no he ido a la guerra y esas cosas pueden pasar en cabezas trastornadas por los disparos y las bombas. Que ese medio poster lo cuelgue en una trinchera para tener un aliciente para volver a verla, me chirría más. Pero que, al final de la guerra, después de avances y retrocesos, acaben en la misma trinchera para hacerle un plano al póster. Es demasiada casualidad. Pues de estos detalles ñoños, hay varios en la peli y la deslucen. [/ZONA SPOILER]

9 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Película de habla no inglesa
Mejor Diseño de Producción (Christian M. Goldbeck y Ernestine Hipper)
Mejor Guion Adaptado (Edward BergerLesley Paterson y Ian Stokell )  
Mejor Director de Fotografía (James Friend)
Mejor Banda Sonora (Volker Bertelmann)
Mejores Efectos Visuales (Frank PetzoldViktor MullerMarkus Frank y Kamil Jaffar)
Mejor Sonido (Viktor PrasilFrank KruseMarkus StemlerLars Ginzel y Stefan Korte)
Mejor Maquillaje y Peluquería (Heike Merker y Linda Eisenhamerova)



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Mi relato «LA NUEVA PELÍCULA» publicado en el libro «A mi me late La Merced».


Mi relato «LA NUEVA PELÍCULA» se publicó en el libro
A MI ME LATE LA MERCED.
Editado con apoyo de la
Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
por el Colectivo MÚUNYAL

Ésta antología, narra historias, poemas y muestra
fotografías, dibujos y más información
sobre el populoso barrio de La Merced de
Ciudad de México en el que tuve el honor de participar presencialmente y adentrarme en su mundo y su idiosincrasia.

Mi relato está ambientado en la
Iglesia de Nuestro Señor de la Humildad
considerada la
«iglesia más pequeña del mundo»
con un tamaño de 9 x 4 metros.

CRÍTICA OSCARS 2023: «Avatar 2: el sentido del agua»

Avatar 2: el sentido del agua

Director: James Cameron.
Guion: James Cameron, Rick Jaffa y Amanda Silver
Intérpretes: Sam WorthingtonZoe SaldanaSigourney WeaverKate Winslet.


Sinopsis:
             Más de una década después de los acontecimientos de ‘Avatar’, los Na’vi Jake Sully, Neytiri y sus hijos viven en paz en los bosques de Pandora hasta que regresan los hombres del cielo. Entonces comienzan los problemas que persiguen sin descanso a la familia Sully, que decide hacer un gran sacrificio para mantener a su pueblo a salvo y seguir ellos con vida. 

MI CRÍTICA:
             Lo primero que hay que destacar es cómo ves la película. Yo tuve la oportunidad de verla en 4D E-Motion y a ella me remito. No sé que sensación se tiene cuando se ve en el 2D convencional. Está claro que la percepción nos influye a la hora de sentir emociones y en el cine, obvio, es lo mismo. Pero vamos, que entre el 3D y el 4D no he visto un salto cualitativo a la hora de vivir pasiones. Eso sí, tridimensionalmente, esta película es un regalo visual. Es como cuando vamos a ver un buen espectáculo de fuegos artificiales y estamos todo el rato con la boca abierta. Sólo por esto, ya me mereció la pena ir a verla. Seguro que me pasa como con la primera de esta saga, la volví a ver por la televisión y me pareció muy floja. Este tipo de cine es para ir a verlo en las salas y con pantalla gigante.

            Hablar de “Avatar” es hablar de James Cameron. Es su apuesta, no solo por el cine, si no por la industria. A través de su empresa Lightstorm, se están dedicando a innovar tecnológicamente los cánones de proyección. Partes de esta película están proyectados con sistema HFR (High Frame Resolution) a 48 fotogramas por segundo en vez de los 25, que es el ratio normalizado. La primera película que se emitió con este sistema fue “El hobbit: un viaje inesperado” (Peter Jackson, 2012). El problema que plantea es que, para reproducirse con esta nitidez tan espectacular tiene que disponerse de unos proyectores especiales. De hecho, en Japón ha tenido muchas denuncias porque dañaba los proyectores normales. Eso sí, los “efectos especiales” en la sala (viento, olores, agua en la cara del espectador, asientos que se mueven, etc.) todavía están sobrevalorados y creo que deberán mejorar en el futuro. A mí me molestaron más de lo normal e, incluso, algunas veces sacaron mis sentidos de la historia y de lo que estaba viendo.

            De hecho, la película es una de las favoritas al Óscar a los efectos visuales. Joe Letteri, uno de los responsables, ya tiene 4 (más uno por sus innovaciones técnicas en la industria cinematográfica) por “El señor de los anillos: las dos torres” (Peter Jackson, 2002), “El señor de los anillos: el retorno del rey” (Peter Jackson, 2003), “King Kong” (Peter Jackson, 2005) y “Avatar” (James Cameron, 2009).

            Otro aspecto a evaluar es el guion, firmado por el propio Cameron junto a Rick Jaffa y Amanda Silver. Me entretuvo la película, que, de verdad, muchas veces es lo único que pido. Sabía que no iba a ver una obra de arte y no llevaba esa expectativa, con lo cual no me decepcionó. La duración de 3 horas y cuarto parece excesiva pero no tanto, reconozco que no se me hizo pesada ni larga, lo cual ya es un aliciente para verla. Aun así, constato que le sobran minutos, sobre todo al final. Si dividimos la película en tres como reza el dictado tradicional planteamiento-desarrollo-desenlace, diré la primera parte genial, atrapa mucho. La segunda, notable. Es como el efecto de los culebrones suramericanos, con mucha dosis de tragedia familiar, mezclado con películas norteamericanas de acción. Y, como digo, bien entrelazadas para mantenerte atento y con ganas de saber como se resuelve la historia. Es el final el que me chirría, demasiados minutos para un final que no es sorprendente por lo previsible y porque dura tanto que quieres que termine ya. Es más, termina un poco ñoño, que me suele chirriar mucho.

            Visualmente, ese final es espectacular. Cambios de plano, acción trepidante, situaciones límite y todas esas parafernalias de la industria del cine de acción estadounidense. Pero no hay que olvidarse que una pelea entre dos en la que se dan tortas, no hace avanzar el resto de las tramas y eso le pasa al final de esta película. Demasiada acción, pero no pasa nada. Ahí es donde se me estancó la película. Si le recortan 20 minutos del final sales con la sensación de que querías más, que es de las mejores críticas que te pueden hacer. Y eso atraería fieles seguidores a la 3ª, 4ª y 5ª entregas de esta saga previstas para 2024, 2026 y 2028 respectivamente. Ale, ya tenemos culebrón. Por mi parte, estoy seguro de que iré a verlas a la sala de cine; porque en la pantalla de casa, no es lo mismo; ni de lejos.

4 NOMINACIONES:
Mejor Película
Mejor Diseño de Producción (Dylan Cole, Ben Procter y Vanessa Cole)
Mejores Efectos Especiales (Joe Letteri, Richard Baneham, Eric Saindon y Daniel Barrett)
Mejor Sonido (Julian Howarth, Gwendolyn Yates Whittle, Dick Bernstein, Christopher Boyes, Gary Summers y Michael Hedges)



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CRÍTICA OSCARS 2023: «Elvis»

Elvis

Director: Baz Luhrmann.
Guion: Baz Luhrmann, Sam Bromell, Craig Pearce y Jeremy Doner.
Intérpretes: Austin ButlerTom HanksOlivia DeJonge.


Sinopsis:
          La película explora la vida y la música de Elvis Presley (Butler) a través del prisma de su relación con el coronel Tom Parker (Hanks), su enigmático manager. La historia profundiza en la compleja dinámica que existía entre Presley y Parker que abarca más de 20 años, desde el ascenso de Presley a la fama hasta su estrellato sin precedentes, en el contexto de la revolución cultural y la pérdida de la inocencia en Estados Unidos. Y en el centro de ese periplo está Priscilla Presley (Olivia DeJonge), una de las personas más importantes e influyentes en la vida de Elvis.

MI CRÍTICA:
             Decepcionante biopic de Elvis. De verdad que el Rey del Rock & Roll se merecía mejor homenaje. Y mira que defenderé siempre la figura de los managers de artistas, porque hasta yo mismo lo he sido. Pero que una película en la que nos venden que es la historia de Elvis, no puede ser que cuando te sientes a verla, el centro de atención de toda esta historia sea su representante. Vale que el actor sea el genial Tom Hanks, que a mi gusto se hace un papelazo del que había predicho (no siempre acierto) que estaría nominado al mejor actor secundario. Su personaje es el del manager, acusado por la historia de haber sido el que lo llevo por el camino que lo condujo a la muerte. La trama central de esta película es la de que se defenderá de estas acusaciones. Como ven, más protagonista que el propio cantante.

             A esta película le falta Elvis. No soy un devoto del director Baz Luhrmann aunque alguna de sus películas me han gustado mucho (Mouline Rouge” (2001) o “El gran Gatsby” (2013)), pero otras me han parecido aberrantes (“Romeo+Julieta” (1996) o “Australia” (2008)). Aun así, no dejo de valorar que sus películas son arriesgadas y eso es un valor que no se puede decir de todos los directores. Y es que, ese afán de notoriedad, de hacer cosas que sean siempre impredecibles, de tener que ser siempre obsesivamente diferente no pegaba en esta película. Quizás se equivocaron los productores al elegirlo para llevar a cabo una esperada biografía del más grande cantante del rock.

             Esos planos tan actuales y excéntricos, sin necesidad narrativa; le quitan belleza a la época en la que el cantante se desenvolvió. Fíjense que hubiera aceptado mejor una película hecho en blanco y negro, como los videos de las canciones de Elvis que fueron los que lo encumbraron, pero no, hicieron una con pantallas partidas que en aquella época eran impensables. 8 nominaciones me parecen excesivas, aunque muchas de ellas sean en el aspecto técnico: la fotografía, el vestuario, el maquillaje, el sonido y el montaje. Creo que será una de las perdedoras de la noche.

             Capítulo aparte me parece la interpretación del Rey a manos del actor Austin Butler. Para mí, hubiera sido el claro ganador, si desde el guion le hubieran dado más peso en la película. Eso sí, si lo gana, merecido es. Para muchos, entre los que me encuentro, es un auténtico desconocido, pero su parecido físico como el trabajo que hizo es lo que más valoro de este film. Que nos metió en el papel de Elvis es evidente y puede valerle el ansiado premio.

             Poco más. Si quieren seguir adorando al mito del rocanrol, desempolven la discoteca o los cassettes y dense un homenaje como debe ser, escuchando sus canciones.

8 NOMINACIONES:
Mejor Película
Diseño de Producción (Catherine Martin, Karen Murphy y Beverley Dunn)
Mejor Actor (Austin Butler)
Mejor Director de Fotografía (Mandy Walker)
Mejor Sonido (David Lee, Wayne Pashley, Andy Nelson y Michael Keller)
Mejor Montaje (Matt Villa y Jonathan Redmond)
Mejor Vestuario (Catherine Martin)
Mejor Maquillaje y Peluquería (Mark Coulier, Jason Baird y Aldo Signoretti)



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